'Entre 1996 y 2006 las emergencias por inundaciones en el mundo saltaron de una media anual de 200 a cerca de 400', aseguró hoy la secretaria general adjunta para Asuntos Humanitarios de la ONU, Margareta Wahlstrom, durante una conferencia de prensa sobre la situación que se vive en India, Nepal y Bangladesh.
En su opinión, 'estas son las cosas a las que se refieren los científicos cuando les preguntamos qué se puede esperar en el futuro'.
'Tenemos que seguir preparándonos, y esperar más desastres, que cada vez ocurrirán más en zonas donde antes no se veían', agregó.
Wahlstrom señaló que en lo que va de año se han registrado 70 situaciones de emergencia a causa de inundaciones, de las que la más grave es la que vive el sur de Asia debido a unas lluvias monzónicas más fuertes de lo habitual, que han causado al menos 1.500 muertos en la región.
'El efecto de estas inundaciones y de las enfermedades que conllevan es un desastre que impacta en las vidas, la salud y la supervivencia económica de millones de personas', dijo Wahlstrom.
A su juicio, más allá de la necesaria inversión en prevenir este tipo de desastres naturales, el principal problema es que gran parte de la población sigue viviendo en terrenos muy vulnerables, como deltas de ríos y zonas costeras.
'El reto para los países, las organizaciones y los individuos es cambiar los patrones de conducta de la población, para reducir el impacto de este tipo de sucesos, tendiendo en cuenta que en las próximas décadas se producirán con más frecuencia', agregó.
Es el caso de Bangladesh, la mayoría de los 26 ríos que se han desbordado se encuentran alrededor de la capital, Dhaka.
En ese país, las lluvias han afectado a ocho millones de personas, según el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
Asimismo, Unicef calcula que en India hay veinte millones de damnificados, de los cuales dos millones se han visto obligados a abandonar sus hogares, y once millones corren el peligro de enfermar a causa de la falta de agua potable.
Wahlstrom apuntó que el creciente número de inundaciones, que cada año afectan a 500 millones de personas, son una manifestación más de una tendencia al incremento de fenómenos naturales extremos.
Citó como ejemplos las recientes inundaciones en Sudán o el hecho de que cinco ciclones sucesivos azotaron Filipinas en el último año.
'A pesar de vivir en zonas vulnerables, los damnificados tienen la tendencia a volver a sus hogares devastados, porque allí se encuentran sus propiedades y carecen de otros sitios donde ir', agregó la experta.
Un elemento positivo que destacó es que la inversión en sistemas de alarma y rescate ha logrado reducir en buena medida el número de muertes por desastres naturales en comparación con el pasado.
'Aunque lo ideal sería que no se produjera ninguna muerte más, por lo menos merece la pena destacar los avances logrados en los países más afectados por los desastres naturales', agregó.



FUENTES: ONU- UNICEF - TERRA NOTICIAS - CABLE DE TELAM Secretaria General de la ONU Margareta Wahlstrom
Terra Actualidad - EFE |
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